Mi querida amiga Lucía.
Hace tres días que nos has dejado. Toda tu familia y amigos te dijimos adiós con mucha tristeza, pero nos has dejado tu alegría y vitalidad.
Tu rostro mostraba el semblante de una persona que ha vivido en paz, ha ayudado a los demás y ha dado todo de si misma.
Me he permitido confeccionar este ramo de flores en tu honor, para mostrarte el cariño y admiración que te profesaba. Las flores blancas me han recordado la bondad de tu alma y claridad de tu espíritu.
Nunca te olvidaré.
Toñi
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